0271. LAS PANTERAS SE COMEN A LOS RICOS

Sinopsis

Don José aspira a conseguir el puesto de director del Instituto Antianémico, pero ha de vencer una contrariedad: la 'amiguita' que mantiene desde hace unos cuantos años. Fany vive 'honradamente', sin dar escándalos de ninguna especie y se ha decorado su chalecito en estilo oriental. Fany está asistida por Feli, una criada que cuando su señorita sale con don José a discutir de sus asuntos, se asoma a la ventana, hace sonar un silbato de árbitro antiguo e invita al señor Juan, el sereno de la colonia, a que juegue al parchís con ella y con Sofi, la peluquera. Y todo ello a altas horas de la madrugada para llamar menos la atención. Don José ha sacado del chalet a su protegida y la cuenta sus cuitas: la sociedad, el qué dirán y el puesto ese de director del Instituto Antianémico. Como médico es su máxima aspiración, pero lo de ellos tiene que terminar para siempre. Vamos, que está dispuesto a ponerle una mercería y a quedar tan amigos. Porque, eso sí, Fany le ha hecho feliz durante muchos años. Fany aparenta recibir la noticia con toda serenidad. Ella lo comprende todo. La carrera de su Pepe está por encima de todas las cosas. Nada de mercería, nada de nada... Unas lagrimitas, un beso de despedida y ... Fany llama en su auxilio a su amiga Cloti. Y le explica el plan de don José, que es dejarla tirada con una mercería. Y el suyo: envenenarse con somníferos o hacer que se envenena y llamar en ayuda a un medico, es decir, a su Pepe, para que se le abran las carnes ante lo irremediable y hagan las paces. El propio don José le facilita Vertoral, unas pastillas tranquilizantes. Pues se va a tomar un tubo enterito. Y se lo toma. Entretanto, la avispada Feli, dispuestísima a ayudar a su señorita, llama a don José y le suelta la noticia: la señorita, desesperada por la faena del abandono se ha envenenado y se muere a chorros. Don José, todo tranquilo, ordena a Feli que se lleve a su señorita a cierta clínica de urgencia, que él va enseguida. A su vez, el médico llama a la clínica, habla con su amigo Paco y le pide via libre para arreglar el asunto, que es bien sencillo: Fany no ha podido envenenarse. Las pastillas de Vertoral han sido sustituidas por don José poniendo en el tubo simples comprimidos de bicarbonato. Cuando Fany, Feli, la costurera y Cloti llegan a la clínica, don José echa a todos menos a su 'ex protegida' y a Cloti. La verdadera razón por la que quiere dejarla es que se casa. Hecha cisco Fany decide declarase en huelga de hambre. De pronto suena el teléfono y anuncian a don Vicente, el futuro suegro de don José. Quiere hablar con Fany, conocerla y ofrecer una solución de un millón de pesetas a tan espinoso asunto. Fany siente de pronto que quiere a su Pepe. Le importa tres pepinos el dinero. Llega don Vicente. Se habla del millón. Y comienza la conquista. Don Vicente y Fany tienen una nueva entrevista para que aquél le entregue el cheque del millón. Fany le invita a cenar: mariscos y ensaladilla rusa. Todo un banquete. Naturalmente, don Vicente accede. Don José se marcha a un cabaret. Allí ve, por todas partes, a las parejas de novios queriéndose. Enloquecido toma el coche y se larga al chalet de Fany. Allí espía por los visillos. Fany, 'en picardías', se dicide a la conquista de don Vicente. Don José ya no puede más, entra.. Don Vicente pondrá pies en polvorosa, y Fany exigirá a don José amonestaciones y boda por todo lo alto. Y nada de hacerlo en las Vegas o en Gibraltar. En Madrid, capital de España.

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